Esto quiere decir que en el trienio 1999-2001 el porcentaje de pobreza pudo haber aumentado entre 3,8% y 4,6%. El estudio enfatiza, que especialmente en el año 2000, el porcentaje de hogares pobres hubiese sido mayor que el alcanzado, de no haber operado un leve mejoramiento en la distribución del ingreso. En el año 1998 el 28,8% de los hogares tenía ingresos inferiores a la Línea de Pobreza Crítica. En los años 1999 y 2000 se produce una reducción en el porcentaje de pobreza crítica. La tendencia a la reducción de la pobreza crítica tiende a revertirse en el año 2001 debido a que los precios de los alimentos crecieron en más de 17%, cifra muy superior al crecimiento de los precios del resto de los bienes de la Canasta. De hecho, en el 2001 pudiera nuevamente alcanzarse una cifra de pobreza crítica cercana a la de 1998. Aunque en los años 1999 y 2000 hubo una reducción en el porcentaje de pobreza crítica y un leve mejoramiento en la distribución del ingreso, es importante resaltar, sin embargo, que tanto la intensidad de la pobreza como la severidad de la pobreza aumentaron en dichos años. Cuando se dice que la pobreza se intensificó, esto quiere decir que la brecha de pobreza aumentó, esto es, la distancia promedio entre el ingreso de los pobres y la Línea de Pobreza aumentó. Lo anterior está medido por el indicador Intensidad de la Pobreza. El indicador de Severidad de la Pobreza permite verificar si los hogares pobres se hacen más pobres aunque su ingreso medio permanezca constante. Cuando la severidad de la pobreza aumenta, que es el caso de los años 1999 y 2000, esto indica que operó una redistribución negativa entre los hogares pobres. Por consiguiente, los hogares más pobres serán ahora más pobres. En síntesis, se podrían extraer como conclusiones del estudio "La Pobreza en el Trienio 1999-2001" patrocinado por la Universidad Católica Andrés Bello, las siguientes conclusiones:
1) En el trienio 1999-2001 el poder adquisitivo de los hogares venezolanos se redujo en promedio entre 8,9% y 11,7%. 2) El porcentaje de pobreza pudo haber aumentado entre 3,8% y 4,6 %. 3) El porcentaje de hogares en pobreza crítica se reduce en cerca de 1 %. 4) Por Efecto Ingreso Real el número de hogares en pobreza crítica se reduce en 31.439 en el trienio 1999-2001 5) Por Efecto Ingreso el número de hogares pobres aumenta en 200.160. 6) Por el Efecto Población, el número de hogares en pobreza crítica aumentó en 56.506 y el número de hogares pobres aumentó en 375.795.
Durante el trienio casi 2.000.000 de personas pasaron a pertenecer a nuevos hogares pobres y unas 293.000 personas a nuevos hogares en pobreza crítica.
En los años 1999 y 2000 hubo una reducción de la pobreza crítica, pero los hogares de menores ingresos, de acuerdo al indicador de severidad de la pobreza, son ahora relativamente más pobres que en 1998.
El índice de desarrollo humano en Venezuela
El Desarrollo Humano es un proceso mediante el cual se amplían las opciones de las personas con mayores oportunidades de educación, salud, alimentación y empleo (ingresos). Abarca, el espectro total de las opciones humanas, desde un entorno favorable hasta libertades políticas y económicas. El desarrollo humano debe ser sostenible, lo cual quiere decir que para avanzar en el bienestar de la población no debería comprometerse el bienestar de las generaciones futuras. El concepto de Desarrollo Humando debe relacionarse fundamente con la formación de capacidades en las personas. Son justamente esas capacidades las que permiten a las personas asumir su responsabilidad para mejorar su bienestar individual y colectivo con libertad. Tal desarrollo de capacidades individuales en un país es lo que intenta medir y poner en evidencia el Índice de Desarrollo Humano (iDH). El iDH es un indicador que trata de medir el progreso de un país, más allá de las tradicionales consideraciones económicas, que sólo toman en cuenta el ingreso. El iDH es un índice constituido mediante la combinación de tres dimensiones: – Longevidad (Salud) – Logro educativo – Ingreso El componente de longevidad se mide a través de la Esperanza de Vida al nacer; el componente de logro educativo se construye mediante la combinación de dos indicadores como son la Tasa de alfabetismo y la Matrícula Combinada de Educación Básica, Media, Diversificada y Superior. Esta última es un indicador que mide la incorporación de la población joven entre los 6 y los 24 años al sistema educativo formal. El componente de ingreso, expresa el Producto Interno Bruto per Cápita (PIB) en dólares (US$) traducido en lo que se denomina la "Paridad de Poder Adquisitivo" (PPA), de modo de facilitar la comparación entre países. Mide el valor real de compra de la población comparado con un estándar internacional (el valor promedio de bienes y servicios en los Estados Unidos). Así, por ejemplo, si el conjunto de bienes de un país "A" es un 50% más bajo que el precio de esos mismos bienes en los Estados Unidos , para efectos de la comparación se considera, que US$ 100 en el país "A" compran lo que US$ 200 en EE.UU. La medición del desarrollo humano a través del iDH trata de identificar cuánto se ha recorrido, cuánto se ha logrado y cuánto falta para alcanzar el desarrollo. No es una medida de bienestar, ni tampoco de felicidad. Es en cambio una medida de potenciación. Cuando se miden los progresos se avanza en el logro de los objetivos: Lo que en realidad importa son los progresos que se logren y no los niveles que se alcance, así como velar porque los desamparados progresen con mayor rapidez. Su utilización, que en Venezuela es posible hasta el nivel de los estados y algunos municipios, implica reconocer que, dada la inexistencia de un vínculo automático entre crecimiento económico y desarrollo humano, la verdadera medida del éxito de una sociedad debe centrarse en cómo los logros se traducen en beneficios y oportunidades concretas para las personas. Los IDHs a nivel nacional y local tienen un gran potencial para transformarse en poderosos instrumentos para el cambio de políticas y la adopción de otras que favorezcan el Desarrollo Humano, al estructurarse alrededor de los principios y valores que incorpora el concepto. El Informe sobre Desarrollo Humano en Venezuela del 2000, suscrito por la OCEI y el Proyecto Naciones Unidas para el Desarrollo (PUND), revela un panorama desolador en la provincia, especialmente en los centros poblados con menos de 25.000 habitantes.
FIGURA 1 De 67,70% de hogares ubicados bajo la línea de pobreza, un porcentaje del 43,23% se ubica en Caracas, mientras que el 86,19% afecta a los territorios tradicionalmente excluidos. Mientras el Distrito capital y el Estado Miranda califican como de desarrollo humano alto, los estados Portuguesa, Apure, Amazonas y Delta Amacuro sólo alcanzan un nivel de desarrollo humano mediano bajo, equivalente al de Zimbawe, o Congo.
Reflexión sobre las dimensiones de la pobreza
Hasta ahora la mayoría de los estudios sobre la pobreza se han basado en medidas de consumo o ingresos. En los últimos tiempos algunos de los estudios examinan también otras dimensiones de la pobreza. La forma más común de medir la pobreza es a través de los niveles de ingreso o consumo. A una persona se le considera pobre si su nivel de ingreso o consumo se sitúa por debajo de un nivel mínimo que le permita satisfacer sus necesidades básicas. Como señalamos anteriormente, a este nivel mínimo se le suele denominar "línea de pobreza". Lo que es necesario para satisfacer las necesidades básicas varía a través del tiempo y las sociedades. Por lo tanto, las líneas de pobreza varían según el tiempo y el lugar, y cada país utiliza líneas que son apropiadas en relación con su nivel de desarrollo, normas y valores sociales. La información sobre el consumo y el ingreso se obtiene a través de encuestas por muestreo en las cuales se hacen preguntas a las familias sobre sus hábitos de gasto y fuentes de ingreso. Estos tipos de encuestas se complementan cada vez más con técnicas participativas, en las que se pregunta a los individuos cuáles son sus Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) y cómo definirían el término pobreza. Lo interesante es que los resultados de nuevas investigaciones demuestran un alto grado de concordancia entre líneas de pobreza basadas en evaluaciones objetivas y subjetivas de las necesidades. Cuando se estima la pobreza a nivel mundial, se tiene que usar la misma línea de pobreza de referencia, y expresarla en una unidad común a través de los países. Por ejemplo, a efectos de agregar y comparar datos a nivel global, el Banco Mundial usa líneas de referencia de $1 y $2 por día en dólares de 1993 en términos de la Paridad del Poder Adquisitivo (PPA). Recordamos que, el PPA mide el poder adquisitivo relativo de las monedas a través de los países. Se ha estimado que aproximadamente en 1998 1.200 millones de personas en el mundo tenían niveles de consumo inferiores a $1 por día y 2.800 millones de personas vivían con menos de $2 diarios. El Banco Mundial siempre usa líneas de pobreza basadas en las normas de dicha sociedad. Dado el tiempo que toma recopilar y sistematizar los datos de las encuestas de los hogares, de donde son extraídas las cifras anteriores, y la complejidad del ejercicio de estimación, estas cifras aparecen con un retraso y se actualizan solamente cada tres años. Aunque que se ha realizado gran progreso en la medición y análisis de la pobreza del ingreso, se necesitan más esfuerzos para medir y estudiar todas las otras dimensiones de la pobreza. La aproximación mediante el concepto de Desarrollo Humano, ha considerado la investigación en otras dimensiones de la pobreza, la definición de indicadores cuando eso fue necesario, la recolección de datos y la evaluación de tendencias. Se incluyen indicadores sociales comparables y de alta calidad para la educación, la salud, y el acceso a servicios e infraestructura como el desarrollo de indicadores que examinan otras dimensiones: por ejemplo el riesgo, la vulnerabilidad, la exclusión social y el acceso al capital social. El programa de trabajo, además, ha incluido métodos de comparar un concepto multidimensional de pobreza, cuando la agregación de todas las dimensiones en un solo índice podría no tener sentido.Además de extender la gama de indicadores de pobreza, es necesario trabajar en la integración de los datos obtenidos a través de encuestas por muestreo con la información obtenida de por medio técnicas más participativas, las cuales usualmente ofrecen observaciones interesantes sobre por qué los programas tengan menor o mayor éxito. Los enfoques participativos ilustran: la naturaleza del riesgo y de la vulnerabilidad, cómo los factores culturales y étnicos interactúan y afectan la pobreza, cómo la exclusión social limita la participación de las personas en el desarrollo, y cómo las barreras hacia esa participación pueden ser eliminadas. Los cambios en las mediciones de pobreza, y en los indicadores sociales, a través del tiempo y los lugares revelan si las políticas para reducir la pobreza están funcionando o no, tanto a nivel global como a nivel de país. Indicadores de nivel de proyecto indican si un programa ha funcionado o no. Saber si ha habido progreso, y dónde hemos obtenido tal progreso.
El conocimiento sobre lo que funciona para reducir pobreza tiene que, primero y más importante, guiar en la formación de políticas y programas de un país. Es por esta razón que es esencial que en Venezuela se fortalezca la capacidad de estudiar la pobreza y analizar el impacto de los proyectos y programas.
Bibliografia
"La Pobreza en el trienio 1999-2001"(UCAB, 2002) "Informe sobre Desarrollo Humano en Venezuela 2000" (INE/PNUD, 2000).
Autor:
Luis Holder.
luisholder[arroba]cantv.net
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